sábado, 3 de marzo de 2012

La vida

Este cuento, ensayo o lo que sea se inicio hace unos años, cuando yo era paseador de perros. A las siete me levantaba y para las siete y media estaba caminando hacia la costa para recoger a los primeros afortunados a los que les daría una hora de diversión. Puede ser que ese trabajo no me diera lo suficiente para vivir, puede ser que no fuera un trabajo estable, pero me gustaba. A ver, era cansador, y los perros de vez en cuando te pueden volver realmente loco, pero la libertad que se sentía al caminar por la costa , el viento en mi cara, el olor a mar, era sencillamente embriagador. Mi momento del paseo preferido era cuando bajábamos a la playa, yo solía soltar a uno de los perros para que corriera un rato por ahí, le tenia confianza , sabia que no se escapaba, era una mezcla de terrier y perro salchicha que correteaba a mi alrededor como una ardilla, se alejaba varios metros, se frenaba, me miraba e iniciaba una veloz carrera hacia mi, feliz de la vida. Al otro que solía pasear no lo soltaba, era mas viejo y peleador con sus pares , lo tenia que tener corto. Nuestra relación no empezó muy bien, alguna que otra vez trato de morderme, al punto que lo paseaba manteniéndolo alejado de mi , pero con el tiempo comenzó a tenerme confianza , cuando llegaba a su casa me olía una cuadra antes y empezaba con su concierto de ladridos desesperados hasta que me veía , entonces cambiaba su rutina por una serie de saltos y movimientos de cola , incluso me ponía el cuello al lado para que le pusiera el collar. Ya para la epoca en que deje ese trabajo , José (ese es su nombre) y yo disfrutabamos el paseo por igual, confiando el uno en el otro, y hasta creo que el me queria.
La segunda parte de esta historia fue este año, ya con otro trabajo, donde entro a las ocho , así que me levanto a las seis y a eso de las siete y cinco estoy yendo para la parada del colectivo.
Fue una mañana como muchas , pero distinta, mientras caminaba sentía la brisa matinal recorrer mi cara, había un olor a flores y pasto que me hacia cerrar los ojos y disfrutar el momento. Me recordaba mis años en la facultad de Tandil , cuando también me levantaba temprano y llegaba al campus. La facultad de Tandil no es como la de acá , esta alejada de la ciudad y es un complejo hermoso de múltiples edificios de una sola planta rodeados de largas extensiones de campo, con teros salvajes volando y emitiendo sus gritos característicos por todos lados. Yo llegaba y me quedaba un rato respirando ese aire puro , para después empezar el largo día de clases.
La ultima parte de este relato , la que le puso un broche, tuvo lugar hace unos días, una noche en la que iba al cine. Cuando llegue a la parada del colectivo a eso de las nueve de la noche, vi que habian sentadas tres mujeres mayores, una a la izquierda del asiento, muy bien vestida, de pelo ondulado rojizo y mirada risueña, la segunda a la derecha , en el otro extremo, de pelo canoso , lacio y corto , en el medio de las dos una señora que se notaba que tenia problemas, la mirada perdida en la pared de enfrente, la lengua colgando inerte por fuera de sus labios y la posición de su cuerpo era extraña, doblada hacia adelante ,con la espalda arqueada formando una especie de joroba y algo inclinada hacia la derecha , la mujer que estaba en esa ubicación la sostenía para que no se cayera. De repente llego otra mujer mas joven ,que parece que las conocía, con una niña de unos 6 años de la mano. Como si fuera un milagro la señora del medio salio de su sopor, la miro y la llamo con una voz suave apenas entendible, le hacia señas de que se sentara al lado de ella, su cara no decía nada , estaba dura y sin expresión como hace un rato , pero sus ojos….eran tan expresivos, les juro que sonreían , nunca había visto unos ojos así, ver esa pequeña porción de vida, esa luz que aun existía dentro de ese cuerpo arruinado por el paso de los años me lleno de ternura .
Listo , esta es mi historia, la que hace rato que tengo en la cabeza , la que me aparecía todas las mañanas y me preguntaba : “¿Cuándo me vas a escribir?”
Se preguntaran que tienen que ver unas con otras , y la respuesta esta ahí si le prestaron atención , todas tienen un punto en común, la vida, lo bello de vivir. Tantas veces nos quejamos de lo que nos falta, lo que perdimos, lo que sufrimos, que a veces nos olvidamos de lo que tenemos, lo que disfrutamos y lo que conseguimos. A veces solo basta con mirar alrededor de nosotros, sacarnos la nubes que nos rodean y que no nos dejan ver y contemplar lo hermoso de la vida , que puede estar en cualquier momento, aun el mas insignificante, en un paseo con perros por la playa, en la brisa de una mañana cualquiera yendo al trabajo o en los ojos transparentes de una anciana paralizada por los años.
Solo hay que buscar.

2 comentarios:

  1. Me encanto este !!!!! grande marce!!!!

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    1. yo todavia no se si me gusta, pero bueno. ya en estos dias subo otro.

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