Y la indignación aumentaba.
Los “justos” pedían justicia, los “honestos” honestidad, lo mas “radicales” políticas de izquierda, los “conservadores” leyes mas duras. Por lo bajo, entre susurros, los corruptos exigían incansablemente mas oportunidades.
Así funcionaba el país de INCORFORMANCIA, una maquinaria extraña, moviéndose sin parar en una curiosa dirección circular, con sus habitantes mareados, tambaleándose como borrachos, mirando en una dirección pero caminando hacia atras.
Entonces, del caos surgió el “REDENTOR”, con sus ideas arcanas y su discurso florido. Su llegada lo cambio todo, eliminó las leyes liberales de su antecesor, seccionó derechos, enjauló libertades y suspendió garantías. Trajo estabilidad y bonanza para algunos, pero el resto de la población (que no había sido beneficiada) reaccionó. Los “justos” pidieron justicia de nuevo, los “honestos” honestidad, los mas radicales políticas de izquierda y los intolerantes leyes mas duras. Por lo bajo, sin llamar demasiado la atención ,los corruptos volvieron a exigir, indignados, mas oportunidades.
El “REDENTOR” se tuvo que ir.
La sociedad se convulsionó, el fin del mundo no se veía muy lejos, el país era un Titanic viajando hacia el iceberg que le daría fin. Entonces, como un símbolo de esperanza para las masas, emergió el “POPULISTA“, lleno de ideas revolucionarias y políticas sociales. Dio vuelta al país, lo modernizo o lo atraso (según a quien se le preguntara), devolvió libertades, reestableció derechos, impuso nuevas obligaciones e intento construir un país de acuerdo a sus principios, y mucha gente se enojo por eso. Los justos pidieron mas justicia, los honestos exigieron honestidad, los liberales políticas de izquierda y los conservadores políticas de derecha.
El “POPULISTA” fue derrocado.
Al fin llego el CAPITALISTA, con ideas de derecha y sueños de riquezas y poder; hablando de integración al mundo y regreso a las fuentes, de nuevas oportunidades y mejores objetivos. El descontento general empezó a subir lentamente.
Así funcionaba el pais de INCONFORMANCIA, una maquinaria extraña, moviéndose sin parar en una curiosa dirección circular.
